Si posees un bien inmueble en los Estados Unidos o estás en planes de compra, es importante que conozcas uno de los compromisos legales que debes atender periódicamente: el pago de impuesto sobre la propiedad (property tax, en inglés).
Impuesto sobre la Propiedad
¿Qué son los impuestos o Property Taxes?
El impuesto sobre la propiedad en los Estados Unidos es la contribución económica que los ciudadanos realizan a sus localidades, condados o estados, basada en el valor justo que una propiedad tiene en el mercado.
Su propósito es financiar la infraestructura y los servicios públicos (vialidad, escuelas, servicios de policía y bomberos, alcantarillado, entre otros) en su jurisdicción.
Está vinculado a los bienes inmuebles o raíces: lotes de terreno, casas, departamentos, muelles, edificios y mejoras permanentes (almacenes, fábricas, condominios, entre otros). En algunos casos, este impuesto se extiende a la propiedad personal, el cual aplica sobre los bienes muebles significativos, tales como autos, botes, aviones, mobiliario, computadoras, aparatos electrónicos, joyas, herramientas y similares.
En tanto no se trate de un impuesto federal, cada uno de los estados tiene su propia legislación dónde establece las normas, características y condiciones en la que tanto los impuestos sobre bienes inmuebles como los impuestos sobre la propiedad personal deben gravarse y las autoridades responsables de su recolección.
Buena parte de los estados no exigen esta contribución a sus habitantes, son las autoridades locales quienes determinan estas medidas impositivas. A veces, ciudades, condados o distritos escolares coinciden en su aplicación.
¿Quién debe pagar el impuesto?
Todos los ciudadanos norteamericanos o residentes permanentes que sean dueños de propiedades inmuebles, de tipo residencial y comercial, o de bienes muebles gravables cuando corresponda, estamos obligados a pagar el referido impuesto dentro de los términos establecidos por la ley.
Esta responsabilidad incluye el derecho a que su tributación sea equitativa y uniforme, mediante la tasación de sus propiedades según métodos y técnicas de evaluación válidas.
Es de acotar que, como propietarios también se nos permite declarar un valor estimado sujeto a revisión. También, tenemos la posibilidad de gestionar exenciones, compensaciones o subsanación del impuesto cuando califiquemos, según sea el caso.
Las exenciones, parciales o totales, pueden referirse a: uso de vivienda principal, veteranos de guerra, zonas industriales, organizaciones sin fines de lucro, personas mayores de 65 años, discapacitadas o sobrevivientes.
¿Con qué periodicidad se hace?
El impuesto sobre la propiedad se cancela de forma anual, regularmente corresponde al mes de noviembre o el último trimestre del año en curso. Cada jurisdicción establece el calendario para que los contribuyentes participen en las diferentes fases del proceso.
Se presentan entonces los siguientes rubros:
- Tasación: determinación del valor del bien e información al propietario
- Compensación: objeción y ajustes sobre la tasación
- Evaluación: cálculo de la tasa de impuesto y facturación
- Recaudación: cancelación única o por cuotas
En diversos estados, puede considerarse un proceso extendido a dos años, debido a que la valoración del inmueble y la obtención de beneficios abarca hasta fines del primer año. En tanto, la cobranza, previo a las multas y penalidades, ocupa los primeros meses del año siguiente.
¿Cómo se calcula el monto?
Las tarifas de pago son variables. Al tratarse de impuestos locales y estatales, pueden oscilar entre el 0,25 % y el 4 % del valor total de la vivienda (casa o departamento) o una porción determinada del bien inmueble. El monto anual se calcula mediante varias operaciones simples.
La formula original empleada es la siguiente:
- Valor de tasación = precio justo de mercado – límites de valuación
- Valor gravable = valor de tasación – exenciones
- Carga impositiva total = valor gravable x tasa de impuestos o de millaje (Millage Rate, en inglés).
Generalmente, el pago lo podemos realizar en efectivo, cheque, deposito o transferencia. La no cancelación del impuesto sobre la propiedad en el tiempo previsto puede ocasionarnos la incautación y remate del inmueble en cuestión por la autoridad fiscal.
Para más información sobre este tema, puedes consultar el sitio oficial del Gobierno de los Estados Unidos.